¿Tienes un deseo? ¿Quieres materializarlo?
Una vez creado en la mente el deseo de obtener algo, sea un bien material o un bien espiritual, este deseo es el que pone en funcionamiento nuestra voluntad de actuación, nuestra voluntad de realización de un acto o los actos que sean necesarios realizar, para llegar a obtener el bien que se desea.
Existe una notable diferencia entre los deseos generados de orden espiritual, con los de orden material, ya que todo deseo de orden espiritual, siempre podrá ser realizado, no existe ningún obstáculo en conseguir lo que se desee en el orden de los deseos de nuestra alma, pues nuestro amor a Dios, puede mover montañas.
Un autor refiriéndose a la obtención de bienes espirituales, decía: “No es que no nos atrevamos porque las cosas son imposibles, sino que las cosas son imposibles porque no nos atrevemos”. ¡Atrevámonos a ser santos!, y con toda seguridad lo conseguiremos, pues la ayuda de Dios nunca nos faltará
Pero
es diferente el caso cuando la persona quiere poner en marcha su
voluntad para obtener, bienes de carácter material. Los deseos en
atención a su naturaleza, pueden ser generados en la mente humana de
cuatro distintas formas: con claras e inmediatas posibilidades de
realización, con claras posibilidades de realización en el futuro, con
dudosas posibilidades de realización ahora o en el futuro y por último,
sin ninguna posibilidad de realización.
- En el primero supuesto, si se ha generado un deseo con la absoluta convicción de que este es plenamente realizable de inmediato y si luego resulta que la realización no se lleva a cabo, nace la figura de la frustración.
- En el segundo supuesto cuando el deseo nazca con claras posibilidades de realización en el futuro, el deseo quedará archivado en situación de espera y puede ocurrir que cuando ese futuro llegue, la realización del deseo carezca ya de interés para la persona en cuya mente se generó. Si por el contrario, resulta que esta persona sigue interesada en la realización de este deseo y este no se realiza por las razones que sean, estaremos también frente a un caso de frustración.
- En el tercer supuesto, cuando el deseo generado es de dudosa posibilidad
de realización, si esta no se realiza en general no se crea
frustración, pues esta persona ya preveía la posibilidad de que su deseo
no se pudiese realizar.
- En el cuarto y último supuesto, estamos frente a la irrealización del deseo, que puede dar origen a la figura de un sueño o fantasía de la mente, creada por el trabajo de la imaginación, para consolarse de la irrealización del deseo.
Para Jacques Philippe, hay una realidad psicológica muy sencilla, pero importantísima, y
es que, para que nuestra voluntad sea fuerte y dispuesta, necesita
verse alimentada por el deseo tal como ya hemos dicho. Y ese deseo no
puede ser poderoso, si lo que se desea no se percibe como posible y
accesible; porque si nos representamos algo como inaccesible, dejamos de
desearlo y quererlo con fuerza. No se puede querer nada de modo eficaz,
si psicológicamente tenemos la sensación de que no llegaremos a
conseguirlo.
Para leer todo el post ► https://www.religionenlibertad.com/blog/15103/voluntad-y-deseo.html
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